domingo, 27 de junio de 2010

Unidad y Lucha

4 de Julio
Vota Libre,  Vota limpio

sábado, 6 de febrero de 2010

Documento de Trabajo Núcleo Tierras Blancas Partido Socialista de Chile

Vamos a reponer la lucha por:

¡¡Democracia interna,

 Unidad de Acción y

Dirección Colectiva!!



“Nuestra voz la utilizamos para denunciar las pésimas y viciadas prácticas políticas, de las cuales muchos de nosotros fuimos víctimas; creemos que este partido político se ha convertido en pieza opaca no deliberante”….Los comités centrales y las secretarías nacionales las integran funcionarios del gobierno, convertidos en operadores para sus mentores , Cual Cosa nostra, jefes de lote , o en español Pandillas cuyo nivel político avergonzaría hasta el mismo enemigo de clase…La Concertación, instrumento político elegido por el imperialismo para administrar la salida pactada desde la dictadura y cuyo principal encargo fue profundizar el carácter desigual de las clases y la inédita ,en nuestra historia, ACUMULACION DE CAPITALES, de riqueza por parte del capital monopólico financiero y sus testaferros locales . Un botón de muestra es Sebastián Piñera quien , a la sombra de esta concertación, alcanzo gigantescas y lucrativas ganancias, Tanto así que hoy se dedica a su hobby, gobernar Chile,.. Así la concertación que pregonaba la democracia para los chilenos, no la ejerció en sus partidos: un autoritarismo vulgar y prepotente terminó por hartar a los ciudadanos.

Un pequeño sector burocrático fue hegemonizando los gobiernos de la Concertación; luego la militancia quiso instaurar la libertad de debate en nuestro partido, pero todo ello fue imposible, pues la intransigencia, la prepotencia de la dirigencia de este partido político impidió toda discusión y descalificó a quienes discrepaban.

“El alma de nuestra epopeya ha consistido en plantear a la ciudadanía los sueños, nuestras utopías concretas, nuestros mejores empeños para construir un Chile libertario, sin segregaciones y donde los ciudadanos – y no un grupo de apernados - seamos, en la realidad, los constructores de nuestra historia. ¡Un Chile para todos y no un coto de caza para los monopolios! ¡Un Chile para todos y no para los especuladores de la Bolsa! ¡Un Chile para todos y no el juguete de castas poderosas! ¡Un Chile para todos y no con parlamentarios vitalicios! ¡Un Chile para todos, donde la calidad de la educación y la salud sea igual para los pobres que para los hijos de parlamentarios y ministros!, esto nos permitirá realizar un esfuerzo total, que nos conducirá a la victoria final. Como dijo José de San Martín, “una derrota peleada vale más que una victoria casual”.

Iniciamos una nueva etapa, a lo mejor mucho más difícil que la primera - de nuevo, recibiremos denuestos, profecías pesimistas, desesperanzas auto aprendidas, pero todos los escollos los superaremos, pues ya iniciamos el camino y no pensamos jamás volver sobre nuestros pasos, no miraremos ni regresaremos al pasado.

El escenario actual no es excluyente de los sectores más empobrecidos de nuestras ciudades es más son ellos los más desfavorecidos con un gobierno de derecha en donde el Asistencialismo reemplazará a la Promoción y en donde la Represión haga lo mismo con la Prevención, es por ello que como Núcleo del Partido Socialista de Tierras Blancas declaramos:


 El partido Socialista de Tierras Blancas plantea que:

La presencia de la derecha en el mundo popular es directamente proporcional al abandono de la base popular y clara mente el alejamiento ideológico impuesto por la dirección política, hasta hoy en el poder de nuestro partido.”

 Que vamos a recuperación Nuestro Partido, lo haremos desde la militancia socialista; Recuperación de su orgánica partidaria. Pues, la dirigencia actual (a todo Nivel) han sido incapaces de dar la mínima conducción, mucho menos desarrollar un trabajo de formación de cuadros políticos. en los sectores más populares donde hoy la derecha tiene gran presencia, ¿alguien conoce alguna experiencia propiciada por nuestra dirigencia, comunal o regional?

 Proponemos que la discusión se haga en Tierras Blancas, vasto sector popular y eje de la política que nuestro partido debe desarrollar a futuro. estableciendo con esto, una señal política a la clase trabajadora, subrayando la importancia que debe recuperar los sectores más populares de nuestro país.

 Exigimos el Fin al acarreo, nefasto acto de carácter claramente derechista.

 Exigimos que las listas de candidatos sean integradas por militantes representativos de la acción socialista en la base social. Cuya carta de presentación sea su participación activa en algún frente social; dirigentes vecinales, sindicales o estudiantiles, Organizaciones populares de base.

Llamamos a la militancia en cualquiera de sus expresiones , dentro y fuera del padrón manipulado e instruido por lo enemigo de los trabajadores y del pueblo chileno ha declararse en periodo congresal y que exija que el congreso sea el generador soberano que resuelva y elija a los mejores cuadros para encabezar la lucha socialista del presente inmediato y del futuro próximo .

Llamamos a la militancia en general , a la base consciente y a la juventud en particular , incluso aquella que se ha prestado al juego de los poderosos a reivindicar el carácter popular del Socialismo , recuperar la capacidad de control , de respeto y transparencia en los actos y eventos internos.

A renovar el sentido más elevado de las prácticas verdaderamente revolucionarias:

Restablecer el sentido de clase, el trabajo unitario, todos como un solo hombre o mujer, todos luchando a diario contra las practicas despreciable instaladas por reductos deformados y miopes, anti socialistas, que se enquistaron en el PS.

viernes, 5 de febrero de 2010

¿QUE HACER CON LA VOLUNTAD DEL PUEBLO ?

Apenas tres días después de la elección presidencial, se hicieron sentir las consecuencias bursátiles del triunfo de Piñera. Su sociedad de inversiones Axxion subió como la espuma, en un típico caso de maniobra especulativa. El asunto se agravó cuando el abogado Fernando Barros dijo que los dineros de la venta de las acciones de Lan que controla Axxion (unos 1.500 millones de dólares) no irían a un fideicomiso, sino que se invertirían dentro y fuera de Chile.

“Tengo compromisos, como pagar los préstamos con los que financié mi campaña presidencial, los gastos de fundaciones como Futuro, Mujer Emprende, Tantauco. Todo eso requiere muchos recursos. Hay muchos proyectos y el sueldo de Presidente no alcanza para eso. Por tanto, voy a tener una cierta cantidad de recursos para mis necesidades personales y compromisos con fundaciones, no solamente las tres que he mencionado, sino otras con las cuales tengo compromisos de larga data”, declaró en una rara y premonitoria parrafada hace un par de días Sebastián Piñera.

¿Qué debemos leer entre líneas? ¿Tendremos que confiar en el poder de la prensa alemana o inglesa para frenar los apetitos de este comerciante que el pueblo de Chile ha elegido como su Presidente?

Si el gobierno de derecha es lo razonablemente torpe como lo suelen ser sus concepciones básicas -todos somos seres egoístas y competitivos- entonces el derrotero de su accionar es bastante previsible.

Por una parte, la defensa a ultranza del plan laboral que nos dejo Pinochet y el hermanísimo del Presidente. Nadie tocará el tinglado de normas legales que, contraviniendo todos los tratados internacionales suscritos por Chile en la materia (Convenios 87 y 98 de la OIT), han permitido a los empresarios chilenos obtener sustanciosas ganancias sin nadie que los moleste.

No lo hizo la Concertación, menos lo hará la derecha.

Y por otro lado, el intento de lanzar una ofensiva de un nuevo plan laboral pro empresarial. Será la flexibilidad laboral recargada el discurso dominante en nuestros nuevos gobernantes. Eliminación o rebaja de la indemnización por años de servicios, flexibilidad horaria a favor de las empresas, rebaja o eliminación del salario mínimo, intervención de la Inspección del Trabajo (“demasiado grande”) forman parte del vademecum del neoliberal criollo que ahora accederá al poder.

Nada muy novedoso en todo caso.

Pero no todo es tan predecible. Muy interesante será eso sí lo que haga la Concertación. Esa Concertación que dice ser la representante de los sectores débiles de nuestra sociedad y que dice monopolizar el sentir progresista en nuestro horizonte político

Bajo la engañosa retórica de la “política de los acuerdos”, los trabajadores chilenos quedaran total e irremediablemente en manos, como nunca antes en la historia de la democracia, de los neoliberales y sus ideas. Neoliberales de derecha, algunos (en el gobierno). Neoliberales de izquierda -en la oposición-,


I. El convenio 87 se llama Libertad Sindical y Protección del Derecho de Sindicación.

El principio establecido se refiere al derecho libremente ejercido por los trabajadores, sin distinción alguna, a organizarse para fomentar y defender sus intereses. Fue adoptado el 9 de julio de 1948 por la conferencia general de la OIT, reunida en la ciudad de San Francisco.

Está estructurado en cuatro partes: Libertad sindical, Protección del derecho de sindicación, Disposiciones diversas y finales.

El convenio reconoce que los trabajadores tienen el derecho de constituir las organizaciones que estimen conveniente y de afiliarse a ellas, para defender sus intereses, es decir, formar y ser parte de sindicatos. El convenio reconoce dos puntos de gran trascendencia política: “Las autoridades públicas deben abstenerse de toda intervención que tienda a limitar ese derecho o a entorpecer su ejercicio legal”. Asimismo, “dichas organizaciones de trabajadores no están sujetas a disolución o suspensión por vía administrativa”.


II. El Convenio 98 se denomina derecho de sindicación y negociación colectiva. Adoptado el

primero de julio de 1949 en Ginebra.

El principio establecido en este convenio consiste en la protección de los trabajadores en ejercicio del derecho de sindicación y la protección contra acto de injerencia contra dichas organizaciones (léase sindicatos) y el fomento de la negociación colectiva.

El convenio regula que los trabajadores deben gozar de adecuada protección contra todo acto de discriminación tendiente a menoscabar la libertad sindical. Especialmente protege el rechazo de su contratación a causa de su afiliación sindical, o el despido por su participación en actividades sindicales.

Por otra parte, se deben crear organismos nacionales, o sea, autoridades gubernamentales para garantizar el derecho de sindicación de los trabajadores. Asimismo, el gobierno debe garantizar y proteger la negociación y los contratos colectivos de dichas organizaciones o sindicatos.

¡Qué significa todo lo anterior? Que con la ratificación de ambos convenios , éstos se convierten en derecho positivo en nuestra legislación y de aplicación práctica, abriendo las puertas a reformar el Código de Trabajo y, a que los empleados públicos que hasta ahora no pueden constituir sindicatos ni tener contratos colectivos de trabajo, en el futuro tendrian sindicatos, contratos colectivos y huelgas en todos los ministerios, con salarios y prestaciones adicionales a las legales.

PROPUESTAS AL DEBATE DE LA IZQUIERDA , Eduardo Gutierrez

1.-El triunfo de la derecha en las pasadas elecciones presidenciales abre un nuevo escenario político que obliga a las izquierdas en Chile a reevaluar el rol que esta ha jugado en los últimos cuarenta años, sino en el último siglo. La participación de la mayoría de la izquierda en gobiernos de amplia alianza social y política no se inauguró con la Concertación en el año 1989 con el triunfo de Patricio Aylwin, ya antes en la década del 30 del siglo pasado la formación del Frente Popular donde convergieron los partidos obreros (Comunista y Socialista) con partidos representantes de sectores de la burguesía y las capas medias, como el Partido Radical, fueron el inicio de tales experiencias. Una y otra se gestaron en contra de la derecha, el Frente Popular en 1938 en contra de la oligarquía y la Concertación en 1989 en contra de los sectores que apoyaron la dictadura militar hasta el final; una y otra experiencia terminaron en medio de las frustraciones políticas de una izquierda dividida y abatida en el apoyo a proyectos ajenos a un rol histórico predefinido.



2.-Una diferencia no menos sustantiva fue que el Frente Popular nació en un marco de ofensiva del fascismo y del nacionalismo a nivel mundial, con las repercusiones de la depresión de 1930 y con una izquierda recién partícipe del poder político. Por el contrario, la Concertación surgió luego de 17 años de dictadura militar y con una izquierda derrotada y profundamente dividida luego del golpe de Estado que dio por finalizado el Gobierno de la Unidad Popular.



Esa izquierda ha seguido dividida en los últimos veinte años de gobiernos concertacionistas, aun cuando es claro que electoralmente una parte sustantiva de ella participó de los gobiernos de amplia coalición. Una minoría, de no más de 6% de los que votan siguió adscribiendo a un proyecto histórico de un socialismo periclitado, desprestigiado y aislado.



Una mayoría de la izquierda entonces optó por renovarse y ubicar un nuevo rol: reformas en la medida de lo posible en el marco de un capitalismo dominante a nivel mundial. Ambas izquierdas sin embargo están en crisis producto de sus propuestas conservadoras. Una negándose a reevaluar los factores negativos de una conducción que tenía como su paradigma el “socialismo” soviético y que finalmente llevó al fracaso la vía chilena al socialismo; otra, negándose a levantar una propuesta original sumándose en los hechos a la sola idea liberal en lo económico y político.



3.-Esta debilidad y fracasos de ambas propuestas no desmerece los esfuerzos que ambas visiones realizaron en pos de los más desposeídos y explotados, durante todo el pasado siglo XX y particularmente durante el Gobierno Popular del Presidente Salvador Allende, esfuerzo que se acompañó con una clara propuesta socialista. Incluso mucho del discurso del sentido común actual es producto de ese esfuerzo que levantó las ideas de romper con la desigualdad, de la explotación, del resguardo de los derechos esenciales de salud, educación, vivienda y jubilación justa.

Una importante visión cultural del Chile de hoy se sigue sustentando en los valores que esa izquierda formuló y concretó. Pero lo sustancial en términos de la política, es que esas izquierdas hoy siguen siendo expresión de los dominados y están fuera del poder real: del poder económico y político.


Pretender insistir luego del triunfo de la derecha en las pasadas elecciones en las mismas alianzas y propuestas en continuar con el camino que lleva a más fracasos y mayor frustración. Se impone un análisis y evaluación critico y autocrítico y no sólo un cambio cosmetical.

4.-La derrota del Gobierno de la Unidad Popular y su fracaso en la construcción del socialismo en Chile, fue la derrota también de la llamada vía chilena al socialismo que se construyó y de la estrategia de los partidos artífices y ejes de la izquierda: el PS y el PC. La vía chilena al socialismo, es decir, la transición pacífica al socialismo era inviable y sólo podía serlo en pos de una vía chilena a las reformas y transformaciones profundas que, era coherente con llevar a cabo una revolución democrático burguesa, más que una de carácter socialista. En otras palabras reformas democráticas, reforma agraria y rescate de las riquezas básicas eran viables, más no la toma del poder y la construcción del socialismo en esa etapa. La construcción del socialismo, la conquista del poder llevaba inevitablemente al enfrentamiento armado y la guerra civil, cuestión además que se contraponía a un histórico desarrollo intrasistema e intra estado por parte de la izquierda.

Aún cuando estaba claro que no había condiciones ni correlación de fuerzas para tales objetivos, la burguesía y sus distintas fracciones y sus representaciones políticas, unidas al imperialismo norteamericano impulsaron el golpe sangriento que ya habían decidido desde los primeros días de la UP llevarlo a cabo, como los antecedentes históricos irrefutables lo han comprobado.


5.- La derrota de la Unidad Popular abrió una etapa de contrarrevolución. La burguesía, que por primera vez en su historia estuvo arrinconada como clase dominante, instauró un nuevo modelo de desarrollo capitalista acorde con las nuevas condiciones económicas mundiales.


Efectivamente, si durante la etapa del capitalismo industrial el imperialismo requería el control de las riquezas básicas, la instalación de subsidiarias monopólicas y una alianza férrea con las clases dominantes criollas para ese objetivo, en la etapa del post industrialismo junto al control de las riquezas básicas se precisaba de países consumidores de la masiva producción de productos manufacturados que el desarrollo tecnológico ofrecía y la instalación de empresas subsidiarias para bajar sus costos de producción. Esto, además se dio en un marco de nueva distribución de la producción y de especialización de los países capitalistas más desarrollados. Así, paradojalmente, las luchas obreras en el orbe por mejoras salariales habían obligado generar investigación y desarrollo tecnológico que redundo en una masiva producción a bajos costos. Chile a los ojos del capitalismo mundial debía ubicar su nicho productivo en materias primas con bajo valor agregado y en masivo importador de productos manufacturados.


6.- La izquierda a pesar de la profunda derrota sufrida con el golpe de estado fue capaz de sobrevivir y articular defensivamente una política antidictatorial. Sin embargo a partir de la década del 80 se consolidó por casi 30 años una división profunda en su interior. El fin del siglo XX y el inicio del XXI encontraron a los principales partidos históricos de la izquierda en trincheras opuestas. Un sector, como resultado de una análisis auto crítico decidió sumarse a la conducción del reformismo capitalista y otro postuló la existencia de condiciones para una vez derrocada la dictadura reiniciar el camino de construcción socialista interrumpido por el golpe de estado.


La crisis económica y política de los 80 puso a la dictadura a la defensiva al calor de las protestas populares, pero solo momentáneamente. La conducción de la oposición fue hegemonizada por quienes propugnaban una transición pactada en contra de quienes postulaban el derrocamiento de la dictadura. Hubo transición impuesta por los poderes dictatoriales: se mantuvo y se mantiene la esencia de la Constitución después de veinte años, el modelo económico neoliberal sigue incólume, y como resultado la democracia que tenemos es más limitada que la existente en el siglo pasado.


7.- La nueva fase del capitalismo en Chile se ubicó, como no podía ser de otra forma, subordinadamente, al capitalismo mundial. Al calor de su desarrollo se generó una nueva conformación social, surgieron nuevas fracciones de clases tanto explotadoras como explotadas, cada una con sus nuevos intereses y contradicciones. En el campo de la burguesía el nuevo modelo generó un aumento de la burguesía ligada, ahora, al desarrollo capitalista en el agro y a las importaciones y exportaciones. Un sector de la gran burguesía creció hasta ubicarse en el área de la gran producción minera aun cuando en forma minoritaria, otro sector creció en el sistema financiero y un tercero lo hizo en las ramas del “retail”. En gran parte su crecimiento estuvo sustentado en los años de dictadura, en los bajos salarios y en alianza con el capital extranjero.

Otro sector se apropio y usufructuó de las privatizaciones en dictadura. Finalmente estos mismo sectores o nuevos crecieron en el ámbito de los medios de comunicación y la educación, sobre todo la universitaria. El crecimiento en riquezas, influencias y medios de esta burguesía no tiene parangón en la historia de Chile. De la vieja alianza oligarca y burguesa que era tributaria de los impuestos al salitre, en menor medida del cobre y que crecía apoyada por el Estado queda poco.

De hecho, la vieja oligarquía desapareció como clase con el término del latifundio, aun cuando ideológicamente sigue influyendo en el conservadurismo de la sociedad (incluida la propia izquierda). El extraordinario crecimiento de la economía y en paralelo de las fracciones dominantes sólo fue posible por la existencia de una oprobiosa dictadura y sobre todo por la sobre explotación que este tipo de régimen político permitió.


8.- En el campo de los dominados también se produjeron cambios profundos. Socialmente en las capas medias, pequeño burguesas, hubo por una parte un proceso de proletarización (transformación en asalariados), por otro lado creció un estamento dedicado al comercio tanto como pequeño comerciante independiente como asalariado de las grandes tiendas. La reforma agraria terminó no solo con la oligarquía terrateniente y la llegada de nuevas fracciones burguesas a la agro industria (tanto capitalistas nacionales como extranjeros) sino además terminó definitivamente con

estamentos como los inquilinos, al tiempo que crecieron los asalariados temporales. En el ámbito de la clase obrera también se han producido un importante cambio: como consecuencia de la desaparición de las grandes industrias del área textil y en buena medida de la fabril, sumado al avance tecnológico, disminuyó (sin desaparecer como los sostiene la derecha y una parte de la intelectualidad renovada de izquierda) la clase obrera ligada a la manufactura en forma ostensible. Sin embargo, otros sectores asalariados han crecido progresivamente: los ligados al sector servicios. Los trabajadores de la educación y de la salud, han sido junto a los del comercio los que más han aumentado.


9.- Este proceso, unido al carácter de la transición de un régimen dictatorial a uno democrático restringido y además en un marco de derrumbe del socialismo estilo soviético provocó un profundo fenómeno de des ideologización y despolitización. A esto se ha venido a sumar que la ideología dominante ha rendido sus frutos (por eso el triunfo de la derecha no es casual). La gran burguesía no solo implantó un nuevo modelo económico para su propio beneficio con la apropiación de los Fondos de Pensiones, con un sistema financiero ligado estrechamente al sistema financiero internacional, con una legislación laboral benéfica para ellos, sino que legitimó a través de la Constitución pinochetista el tipo de Estado Subsidiario donde sólo los más pobres y desamparados tienen (teóricamente) el apoyo del estado. El resto deberá, individualmente, enfrentar los desafíos cotidianos.


La gran burguesía además se hizo cargo y ha venido usufructuando sin cortapisa alguna del sistema educacional medio y universitario. Esto es lo que explica las profundas desigualdades de nuestra sociedad, donde el 56% de los asalariados sobrevive con sueldos de menos de 250 mil pesos mensuales y una minoría vive en la opulencia y el derroche sin ningún recato.


10.- El tipo de estado subsidiario que en la práctica ayuda a los más pobres y beneficia con leyes a los más ricos ha generado una inmensa masa de sectores populares, obreros y medios que deben luchar cotidianamente por la salud, la comida, la educación y la vivienda y en contra del fantasma de la cesantía y la inseguridad cotidiana. La burguesía levantó ante sus demandas el crédito fácil, pero bestialmente usurero, la ideología del éxito y del eficientismo. Estas ideas, frustrantes para una parte importante de las nuevas generaciones jóvenes (que según estadísticas no desmentidas) sobrepasa el medio millón cesantes y sin estudio, ha sido el caldo de cultivo real de la drogadicción y la delincuencia. También ha sido la válvula de salida a la corrupción a todo nivel. Desde los sectores que han profitado del aparato de estado, hasta las autoridades que suelen salir en los medios de comunicación formando redes de delincuentes o en forma individual. Este es el Chile del Bicentenario y no el del país desarrollado que cada cierto tiempo la derecha, el centro y los conservadores de izquierda nos quieren convencer que estamos cerca de lograrlo.

11.- El derrumbe del socialismo soviético, el carácter de la transición chilena, la dominación ideológica y concentración del poder económico de la derecha política y social, ha provocado una profunda crisis de la izquierda chilena, fenómeno al que no escapa la izquierda mundial. La dominación capitalista mundial ha puesto la disyuntiva entre liberalismo y conservadurismo. La socialdemocracia, una parte de la izquierda

apuestan al liberalismo (al libre mercado, a la economía social del mercado, a la democracia parlamentaria, a la legislación por el aborto, los matrimonios homosexuales, etc.), la derecha, los conservadores apuestan a un apoyo decidido a las economías de los países más desarrollados, a frenar las medidas de protección al medio ambiente, a promover los valores del cristianismo decimonónico. Como es lógico sus intereses muchas veces son mutuos, se entrecruzan y se potencian. La izquierda carente de proyecto y de utopía las más de las veces – en forma por demás justa- apoya las ideas y propuestas liberales, pero muchas veces también traspasa la barrera y se suma a las propuestas más conservadoras. Es lo que ha ocurrido en Chile.

12.- Avanzamos del capitalismo industrial al post industrial, de la modernidad a la post modernidad, de la vieja economía a la nueva, pero como siempre nuestro país esta retrasado. La modernidad requería una burguesía pujante que pusiera término a la dominación económica y política oligarca, que ampliara la educación, que fortaleciera el estado y que potenciara la democracia. La burguesía no lo hizo, por el contrario, cuando hizo alianzas con la izquierda en la década del 30 del siglo pasado, no tocó los intereses oligarcas y creo un capitalismo dependiente del capital extranjero, aún cuando sí coincidió en el fortalecimiento del estado.

El proletariado y sus partidos cometieron el error (cometimos) de impulsar una revolución socialista sin las condiciones materiales, objetivas ni subjetivas. Estábamos convencidos que sí existían pero la dura realidad demostró que no.

En el Chile de hoy conviven en áreas estancas, verdaderos guetos, la modernidad que se abre paso a duras penas y una post modernidad arrogante que viaja el helicóptero. Una modernidad que trata de trabajar por buenos salarios, estudiar en buenos colegios y que los impuestos sean equitativos, pero que a duras penas algunas veces lo logra y sigue siendo la clase dominada y, una post modernidad que estudia los post grados en el extranjero y que suma currículo para ser (y lo logra) la clase dirigente.


13.- Sin embargo la nueva economía, la post industrial y la post modernidad avanzan. No sin contradicciones ni crisis como lo comprobó la reciente.

¿Hacía dónde se dirige esta nueva correlación de fuerzas mundiales?

Si en el siglo pasado la izquierda mundial, y nosotros, profetizamos el derrumbe del capitalismo, el imperialismo como su fase final, hoy debemos asumir que el mundo transita enfrentando múltiples contradicciones donde el concepto del socialismo tal como lo entendimos en el siglo XX (en buena hora) no existe y el capitalismo está lejos de su crisis terminal.


El socialismo del siglo XXI deberá ubicar su fuerza y su energía no solo en defender los intereses de los explotados (que seguirán existiendo y ampliando su identidad como tal: sino considérese el caso de un ingeniero en informática que trabaja salarialmente en un Banco o un médico especialista que labora en una clínica privada) sino en las alianzas con los sectores que buscan que los beneficios de la modernidad lejos de acrecentar el poder económico, político, militar y comunicacional, democraticen esos logros para beneficio de la mayoría de la humanidad.

14.- Los nuevos desafíos de la post modernidad son nada más y nada menos que la permanencia y las condiciones del género humano.


¿Podrá la clase dirigente mundial resolver los graves y acuciantes problemas del hambre en África y otras latitudes, del cambio climático, del aumento explosivo de la población mundial, del término inevitable de los combustibles fósiles?.


¿Podrá resolver la urgente contradicción entre el aumento explosivo de los bienes que el desarrollo tecnológico provee y las carencias de millones de seres humanos? (ya no la contradicción entre el aumento de los bienes materiales y la apropiación individual de la ganancia, el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, o lo mismo dicho de otra forma). ¿Podrá resolver la contradicción entre la burbuja financiera mundial cinco veces superior a la productiva, el desarrollo de la industria armamentista y los esfuerzos por la paz, del crecimiento explosivo del narcotráfico? ¿Podrá enfrentar la contradicción entre el aumento sideral del desarrollo tecnológico, de la productividad, de la robótica, y la amenaza de la cesantía y el envejecimiento de la población mundial?.


Los esfuerzos de ciertas fracciones de la clase dirigente mundial que inyecta recursos para la investigación en la fusión nuclear que resuelva la crisis energética desatada, que impulsa el Internet y el cambio tecnológico e informático, que investiga en nuevas técnicas médicas contra el cáncer, que impulsa la investigación del genoma humano y que planifica el descubrimiento de nuevos planetas y mundos, se contrapone con los apetitos y la voracidad de las transnacionales privadas, en el control monopólico de los medios de comunicación, de la industria farmacéutica y los intereses de la banca mundial.


15.- Ciertamente la solución de estas contradicciones requieren de una nueva clase dirigente mundial. La vieja clase dirigente es tributaria de las correlaciones de fuerzas formadas al calor de la guerra fría y de su posterior triunfo. ¿Por qué la reciente crisis (¿final?) de Haití no es enfrentada de raíz?. ¿Por qué los responsables directos de haber mantenido la esclavitud del país (Francia), de haber invadido y esquilmado a esa nación entre 1915 y 1933 (EEUU) no asumen su responsabilidad?.


Lo mismo a nivel nacional: por qué la clase dirigente no asume su responsabilidad histórica con la apropiación de más de un millón de hectáreas de tierras mapuches.

En este conflicto mundial y nacional ciertamente las fuerzas de izquierda deben aliarse y apoyar muchas de las opciones liberales. Pero el neoliberalismo que busca fortalecer la actual clase dirigente, que pugna por aumentar las tasas de ganancias, por disminuir o congelar los salarios, por aumentar las tasas de interés y que esquilma a las mayorías con las usuras de las tarjetas de crédito o que se apropia de la plusvalía de los fondos de pensiones o que continua profitando del las riquezas minerales de nuestro país debe ser considerado el enemigo principal de la modernidad, el desarrollo y las políticas igualitarias. Eso debe entenderlo la izquierda concertacionista y no insistir en apoyar proyectos neoliberales.

16.- La nueva vía chilena al socialismo del siglo XXI no será por la conquista del poder total, será un sistema político eminentemente democrático, con amplia libertad de prensa y de formación de organizaciones sociales y políticas, con un Estado al servicio de las mayorías, con FFAA profesionales y con un vasto sistema de defensa ciudadana, con absoluta transparencia en los aspectos económicos y políticos de estado. Ese socialismo del siglo XXI solo podrá tener carácter mundial. La forma de llegar a ello no


la podemos prever, pero sin lugar a dudas la democratización de las formas económicas y políticas que proveerán mayor poder real a las mayorías organizadas serán un componente vital en la transformación radical de la sociedad. Será el fin de las élites y de las oligarquías políticas, científicas y económicas. Será el fin de la explotación por el aumento sideral de la producción y la explosión de la robótica, será el control de los flagelo de las enfermedades.

17.- En ese camino nuestra aspiración no es hacer de Chile un país desarrollado a la usanza del capitalismo actual. Más que un aumento del Ingreso per capita falso, queremos un país más igualitario, con educación acorde con un nuevo proyecto de sociedad donde las bases sean: un Estado responsable con todos, una economía con salarios dignos y empleos justos, un país dueño de sus riquezas, una sociedad responsable con las nuevas generaciones, con los jóvenes y benefactora de los viejos que la forjaron.

18.- Para estos nuevos desafíos, nuevos dirigentes y nuevos partidos. El proceso de cambio cosmetical, sobre todo el que pre anuncia el PS y el conjunto de la Concertación tendrá un espacio restringido (solo hay que ver los personajes que se mueven en las sombras y los discursos de las “caras nuevas”). Tarde o temprano periclitarán las viejas y añosas formas de hacer política, de construir referentes. Allende no puso fecha a la apertura de las grandes alamedas, pero está claro que esas es una tarea que aún no ha comenzado. La transición de la Concertación terminó con Aylwin. La derecha hoy ofrece una supuesta nueva transición con el viejo esquema del consenso. El desafió de ellas es hacer avanzar el capitalismo en Chile por la senda del neoliberalismo ya fracasado, por eso pide ocho años más para que Chile alcance el desarrollo capitalista. Tarea imposible. Sólo veremos mayor concentración económica, más riquezas para los que tienen más, igual o menor asistencialismo que la Concertación y sí más monopolios en la educación, en los medios de comunicación y la Banca.

19.- El desafío de las izquierdas en Chile es abrir un debate que tenga como ejes articuladores una propuesta democrático popular, distante y antagónica con el neoliberalismo actual, que a partir de ahí forje las alianzas amplias para conducir a un país más igualitario, con un sistema político que se exprese en una nueva Constitución, formando parte de un nuevo referente latinoamericano. En el camino de este debate nuestro esfuerzo es levantar las propuestas democráticas en el seno de las organizaciones sociales. Experimentar ahí las nuevas formas de hacer política, extraer de ahí las nuevas generaciones de dirigentes. Es claro que en ese camino surgirán múltiples experiencias organizativas, sociales y políticas, en ese andar se hará camino a un futuro más humano, menos egoísta, más solidario y más profundamente democrático.



Eduardo Gutiérrez González

Febrero de 2010.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Resucitados Presidenciales: Eduardo ¡Levántate y Anda


Tanto en religión como en política la muerta no es definitiva, puesto que siempre existe la resurrección. Los evangelios nos relatan el caso de Lázaro - hermano de Marta y María – que volvió a la vida con la sola palabra de Jesús: “…levántate y anda”. Nada sabemos cómo aprovechó esta segunda oportunidad el bueno de Lázaro.


En política podemos afirmar, con seguridad, que las resurrecciones presidenciales han servido de poco para corregir errores cometidos en el período anterior, pero como dice El Quijote “nunca segundas partes han sido buenas”.


Errázuriz, dos Federicos; los Alessandri, Arturo y Jorge; losa Frei, dos Eduardos. En esta lista familiar omito a los parientes –como es el caso de Germán Riesco, cuñado de Federico Errázuriz-; quizás, la única excepción a estas dinastías familiares sea Michelle Bachelet, una mujer que surgió como un relámpago en este país de castas familiares.

El primer resucitado que incluiré en este relato fue don Arturo Alessandri que, según mi abuelo Rafael Luís Gumucio, consideraba al país como su propio fundo. Su primera presidencia fue bastante accidentada: la oligarquía, en el senado, que el llamaba “la canalla dorada”, le planteó una guerra a muerte, que terminó con  el famoso “ruido de sables”, en septiembre de 1924 y lo envió al exilio en Italia –tierra de sus antepasados- posteriormente fue repuesto por un golpe militar, dirigido por Ibáñez y Grove y, finalmente, nuevamente sacado de La Moneda por el Carlos Ibáñez. El León de Tarapacá, drogado por el amor al poder, volvió a intentar reconquistarlo como candidato contra Juan Esteban Montero, en 1931, siendo derrotado; en 1932 logró triunfar, reiniciando una segunda vida en la Casa donde tanto se sufre; esta vez gobernó con sus enemigos de antaño –liberales y conservadores- aplicando una política represiva contra la izquierda y un manejo económico de derecha especulativa, llevada a cabo por su ministro Gustavo Ross. Su segunda vida terminó muy mal, pues fue responsabilizado de la “matanza del Seguro Obrero”, acto que dio lugar a una acusación constitucional, rechazada por la derecha. Como la candidatura presidencial es una adicción, don Arturo intentó repetir la hazaña en 1946, pero los liberales eligieron a su hijo Fernando. El León decía a sus camaradas “acaso este niño no tiene padre”.

El segundo Resucitado fue Carlos Ibáñez del Campo. Durante su primera presidencia quiso construir un Chile nuevo, aplicando el “termocauterio por arriba y por abajo”, es decir, desterrar a los oligarcas y apresar y relegar a los comunistas. La crisis de 1931 y la rebelión de los estudiantes universitarios terminó por obligarlo a renunciar y exiliarse en Buenos Aires; a diferencia de Pinochet, don Carlos no era un ladrón y vivió muy pobre el exilio en Argentina. En 1938 volvió a presentarse como candidato presidencial, pero se retiró a raíz de “la matanza del Seguro Obrero”, apoyando a don Pedro Aguirre Cerda. En 1942 fue candidato presidencial de liberales y conservados –sus antiguos enemigos- y sólo en 1952 fue elegido como “el general de la esperanza”, con el 46.8% (446.439 mil votos). Llevó a cabo un gobierno deslucido y con muy poco apoyo político. Don Carlos, a sus ochenta años ya chocheaba y sus partidarios tenían que interpretar sus silencios, atribuyéndolos a una gran macuquería e inteligencia. Quizás lo único que dejó fue la derogación de la Ley Maldita y la Ley Electoral, que instauró la cédula única, eliminando así el cohecho.

El tercero es  candidato a  la nueva vida . Eduardo Frei Ruiz-Tagle, un ingeniero hidráulico y ex empresario, ha hecho una meteórica carrera política a la sombra de la memoria de su ilustre padre: senador por Santiago, con la primera mayoría, presidente del partido, presidente de la república –con más de 4.000.000 de sufragios- posteriormente, senador sin competidores, en la Décima Región, presidente del senado y,  ex presidente de la Comisión de Hacienda. En su primer período presidencial hablaba con monosílabos y un acento un poco “aguazado”, el cual no faltaban los seseos; al igual que don Arturo Alessandri, tenía un grupo de amigos que los periodistas llamaban siúticamente “la troika”: el cientista político Genero Arriagada, su íntimo amigo Edmundo Pérez Yoma – actual ministro del Interior- y Carlos Figueroa.
    
Las cifras macroeconómicas marchaban bien, en manos de Eduardo Aninat, actualmente presidente de la asociación de Isapres; su gobierno se llamaba moderno y empresarial y no importó mucho el tema de los derechos humanos, pues nunca recibió en su despacho a los familiares de detenidos desaparecidos. Como a Carlos Ibáñez, había que interpretar sus monosílabos –baste preguntar a Germán Correa, a Víctor Manuel Rebolledo, a Sergio Molina, entre otros, que fueron defenestrados después de un lindo “paseo en bandeja”, en la parado militar de un 19 de septiembre.

Eduardo Frei terminó muy mal su período. Después de que el ministro Aninat afirmara que la crisis asiática no tocaría a Chile, terminó provocándole una catástrofe económica – el crecimiento fue de -1 y las tasas de interés terminaron de aniquilar a las Pymes y a otros deudores bancarios-. En el plano de derechos humanos, Eduardo Frei Salvó al hijo de Pinochet, invocando la famosa “razón de Estado”, que es propia de las monarquías absolutas; presionó a los diputados de su partido para que votaran en contra de la acusación constitucional en contra del comandante en jefe del ejército, Augusto Pinochet y, por último, lo salvó de una segura condena de los tribunales españoles.

Los chilenos, a veces, cuentan con una gran capacidad de olvido: después de una cirugía, practicada en una clínica de Santiago,  Eduardo Frei reaparece como un hombre muy distinto al que gobernó Chile durante seis años, pues ahora sus monosílabos han sido reemplazados por largos, inteligentes y elocuentes discursos, incluso, apela al sentido común cuando plantea, por ejemplo, nacionalizar el Transantiago, en vez de regar el dinero del Estado a los grandes bancos y empresas de transporte; dicen las malas lenguas que tiene un plan completo para hacer revivir la alicaída economía chilena. Como ingeniero hidráulico, acaba de plantear una fórmula para enfrentar la crisis energética, privilegiando la hidroelectricidad en Aysén y las plantas nucleares en el norte del país; a don Eduardo poco le preocupan las objeciones de los ambientalistas.

Eduardo esáa seguro de  ganar la segunda vuelta aunque sea por muy poca diferencia. En su segunda vida se presenta tan  Rogelio como Jorge Arrate solo le falta cantar la internacional su  vestimenta es deportiva  se chasconea  las pocas mechas que le quedan y abraza a los jovencitos de techo para Chile  Nada lo detiene en la lucha por resucitar.

Rafael Luís Gumucio Rivas                    
21/08/09

domingo, 10 de febrero de 2008

GEPEP

EL NUCLEO SOCIALISTA DE TIERRAS BLANCAS VIENE DESARROLLANDO LOS GRUPOS DE EXPERIMENTACION PEDAGOGICA PARA LA EDUCACION POLITICA G.E.P.E.P. QUE BUSCAN FORTALECER LA CONCIENCIA A TRAVES DE LA CONSTRUCCION COLECTIVA DE ESCUELA.
SE INTENTA AUNAR CRITERIOS, ESTABLECER CERTEZA DE NUESTRA REALIDAD, ACUDIENDO AL CONTACTO CON LA GENTE, EN SU QUEHACER DIARIO, EN SU VIDA COTIDIANA, DATOS QUE CONSIDERAMOS INSUMOS DE INCALCULABLE VALOR PARA EL ANALISIS DE LOS SOCIALISTAS.
EN ESTA FASE HEMOS IDO SORPRENDIENDONOS CON LA GENEROSA VOLUNTAD Y ALTA MOTIVACION DEL PUEBLO SOCIALISTA, QUE SIENDO ORGANICO EN SU ACCIONAR NO FIGURA EN LOS LISTADOS VIGENTES DE LA LEY DE PARTIDOS POLITICOS ORDENADA POR PINOCHET.
SINEMBARGO YA SE HA HECHO CONTACTO CON DISTINTAS LOCALIDADES DE LA CUARTA REGION : CANELA , ILLAPEL, COMBARBALA, SALAMANCA, MONTE PATRIA, PICHASCA, PUNITAQUI, VICUÑA, OVALLE, LA HIGUERA Y TAMBIEN LA SERENA-COQUIMBO DESDE DONDE SURGE ESTA INICIATIVA.
ESTA MILITANCIA ANONIMA, CONSERVA INTACTO SU COMPROMISO DE CLASE, SU DESEO DE CAMBIAR ESCENCIALMENTE LA CALIDAD DE VIDA DEL PUEBLO Y QUE ASUME CON SERIEDAD LA TAREA DE FORTIFICAR LOS FUNDAMENTOS TEORICOS QUE DAN SUSTENTO A LA LUCHA COTIDIANA POR EL SOCIALISMO.

viernes, 30 de marzo de 2007

No hay socialismo sin una verdadera ideología socialista que sustente la transformación

Al escuchar a la Presidenta dirigiéndose a los altos representantes de los Poderes Públicos, con motivo de conmemorarse el primer año de su gobierno no podemos evitar pensar en lo incapaces que han sido las Instituciones del Estado para ponerse a tono con lo que demanda el momento político, es en verdad preocupante como los nuevos funcionarios de este cuarto gobierno de la concertación se comportan de la misma manera o tal vez peor que los del tercero. Si avanzamos hacia un proceso de transformación social que cada vez se profundiza más, conviene que estemos atentos a la marcha de las instituciones y de las leyes. ¿Hacia dónde apuntan? ¿Cuáles principios asumen? ¿Nos incluyen a todos? ¿Regulan la acción del estado y la corrupción? ¿Cuál es la posición del partido respecto el la reforma de la LOCE, el Binomial y la reforma de los fondos de pensiones?

Y así pudiéramos estar enumerando infinitamente varios mas proyectos de ley, veremos que el modelo de gobernar sigue siendo el mismo sólo que con algunos nuevos rostros, el cambio significativo radica en que esta nueva presidenta si es en verdad una nueva forma de ver el ejercicio del poder.

La presidenta si tiene claro hacia dónde dirigir los esfuerzos para hacer posible la reforma del estado, eso es sin lugar a dudas una gran ventaja, pero establece a la vez una gran debilidad, la ausencia de liderazgos intermedios entre la presidenta y el Pueblo es hoy un obstáculo a vencer.

Pero superar ese obstáculo tan importante requiere erradicar otras deficiencias que atentan contra el gobierno, entre las que podemos mencionar:

* La Falta de Formación Político ideológica, a veces sorprende escuchar o leer opiniones de personas que son reconocidas como dirigentes del proceso que dejan mucho que desear. Denotan falta de claridad, la no comprensión del proceso y a veces solo contribuyen a confundir a la gente. Pero además no hay una política formativa coherente hacia el pueblo no se ve a ninguna de estas personas comprometidas con la formación de nuestro pueblo y esto sin lugar a dudas constituye una debilidad estratégica del proceso.

* El sectarismo: también se evidenció durante este discurso conmemorativo, que no han cambiado las caras de quienes dirigen este proceso, de tal manera que después de diez y siete años seguimos viendo a los mismos diputados, los ministros cambian de ministerio y se hacen enrosques, pero cuesta ver nuevos rostros, no es que esto sea malo del todo pero uno se pregunta si en este tiempo no han surgido nuevos liderazgos, o si de alguna manera a los nuevos líderes les cuesta mucho superar el poder de las maquinas partidarias y acceder a las instancias de toma de decisiones, todos coinciden en hablar de participación pero parece que esa participación debe ser solo para apoyarlos a ellos y no para que el pueblo ejerza realmente el Poder.

* La debilidad organizativa y la falta de visión unitaria: Este aspecto es muy importante nuestra gente ha protagonizado un sin número de propuestas organizativas, todo tipo de comités, pero no hay una política de articulación y esto no se concreta aún, ni con la participación ciudadana, las instituciones que han impulsado estas propuestas no se han preocupado de articularse entre ellas para contribuir a cohesionar estas iniciativas en las comunidades, cohesión que debe darse en torno al proyecto político.

No pretendemos con estas reflexiones enarbolar las banderas de la derecha, ni justificar sus nefastas acciones, lo que han hecho merece ser castigado, pero quienes atentan contra nuestra oportunidad de favorecer a los mas desvalidos desde adentro, también esperamos que sean castigados por el repudio y con mayor fuerza no se les permita la reeleccion, pues ellos traicionan nuestra confianza y ya no hay lugar para perdones ni arrepentimientos.

La única intención al escribir estas líneas para este aniversario es hacer posible que comprendamos que el liderazgo de este gobierno aun está por construirse y no puede salir de otra parte que del seno de nuestro pueblo, los diputados, alcaldes y concejales deben ser electos desde las bases y el pueblo debe organizarse para evitar la manipulación y el chantaje que es la forma de hacer política que heredamos de la dictadura y que al parecer algunos no podrá superar jamás.

El Partido Socialista Unido, debe ser un instrumento del pueblo para ejercer el poder, organicémonos, hagámonos sentir, movilicemos nuestra fuerza para derrotar el oportunismo que una vez más pretende usurpar un lugar que sólo le corresponde al pueblo, pues sin pueblo no hay socialismo.

Pero la realidad es demasiado brutal y ahoga toda esperanza de que el actual PS experimente un cambio como el que esbozamos. Sin embargo, hay un hecho objetivo que se debe reconocer: en Chile hace falta un partido con un programa socialista.
Ese partido nacerá desde las entrañas del pueblo, como una corriente de opinión de miles de chilenos; se convertirá luego en un movimiento articulador de organizaciones sociales, políticas y culturales; y finalmente, se constituirá en el necesario Partido Socialista. Como su nombre lo indica, tendrá como misión construir un modelo de socialismo para Chile.
Unete al Nucleo La Serena Centro

sábado, 24 de febrero de 2007

El engaño oculto del Transantiago

El engaño oculto del Transantiago

A cinco días del inicio del Transantiago, los senadores Nelson Ávila y Alejandro Navarro presentaron un informe a la Contraloría General de la República solicitando se investigue todo el proceso de licitación del Administrador Financiero del Transantiago (AFT),
tras los reiterados y graves incumplimientos contractuales en la
licitación -establecidos en las Bases de la licitación pública, la
Oferta Técnica y los proveedores-, entre ellos, la implementación de la
tecnología ofertada y adjudicada en los buses y que debería haber
estado a cargo deSiemens y TIMM, como consta en el contrato que el AFT suscribió con el Estado de Chile.

El ministro del Interior, Belisario Velasco,
acusó a la oposición de tener "un doctorado en críticas". Sin embargo,
el gobierno aún no reconoce el error de no fiscalizar a tiempo que elAFT y particularmente Sonda cumplieran con las Bases de licitación y la Oferta Técnica que prometieron: instalar la tecnología de TIMM
en la flota de buses, lo que habría evitado las postergaciones y su
caótica puesta en marcha, que amenaza con estallar completamente en
marzo.
ver articulo completo: ALAI, América Latina en Movimiento http://alainet.org/active/15681&lang=es

Los intelectuales de izquierda y su desesperada búsqueda

>Los intelectuales de izquierda y su desesperada búsqueda
de respetabilidad

Introducción
Cuando George Soros, uno de los más grandes y rapaces especuladores del mundo, publicó un libro cuestionando algunos de los aspectos más destructivos del capital especulativo, los intelectuales de izquierda se apresuraron a reproducir sus citas como evidencia de que, efectivamente, "el capital global" era una amenaza para la humanidad. La parte curiosa de este escenario es que Soros ganó publicidad gratis, aumentó sus regalías, y adquirió estatura política e intelectual, mientras seguía beneficiándose de las ganancias de sus fondos de especulación. Este no fue un caso aislado: más temprano que tarde, los intelectuales de izquierda buscan fuentes "respetables" para apoyar sus argumentos, citándolas como "impecables" o "sin afinidades de izquierda", como si la investigación y la escuela de izquierda fueran menos confiables o menos convincentes. La búsqueda de la izquierda por una respetabilidad burguesa tiene profundas implicaciones en la discusión del problema de la hegemonía burguesa sobre las clases populares y el crecimiento de una cultura alternativa en lo político y lo intelectual.
Uno de los aspectos más impresionantes de la política contemporánea es la brecha entre las condiciones, objetivamente a la baja, de la clase trabajadora y rural, y las respuestas subjetivas, que son difusas, fragmentadas y frecuentemente están bajo la tutela de partidos neoliberales. Este contraste es muy claro en el Tercer Mundo, pero también está presente en los países capitalistas avanzados.
Mientras que las inequidades entre clases sociales, razas, género y regiones se han incrementado, y los servicios para la clase trabajadora han sido tasajeados para lograr impuestos más bajos y subsidios más altos para los ricos, la respuesta subjetiva ha cambiado: las huelgas y protestas tienden a ser vistas como reacciones defensivas; los movimientos agrarios no tienen aliados urbanos y la mayoría de los intelectuales están disociados de las luchas populares o han aceptado premisas de la ideología neoliberal, como que la globalización es inevitable e irreversible. En una palabra, la "hegemonía burguesa" juega un rol vital para asegurar la estabilidad de un sistema social altamente desigual y explotador.
La hegemonía burguesa es un producto de numerosos factores, incluyendo los medios de comunicación y las instituciones culturales del Estado. Sin embargo, es también el resultado del pensamiento y los métodos de trabajo de los intelectuales de izquierda, que buscan legitimar su producción intelectual en el mundo burgués.
Hoy, muchos intelectuales de izquierda toman prestados, y han asimilado para su análisis del mundo contemporáneo, los conceptos claves y el lenguaje de teóricos burgueses y publicistas. Estos incluyen términos como "globalización", "capital desestatizado", "la revolución de la información", el "ajuste estructural", la "flexibilidad laboral", entre otros. Estos conceptos son parte integral del sistema imperial y la ideología neoliberal -y se entienden en el contexto de un sistema de poder que busca disfrazar y legitimar su dominio. Aún más, los intelectuales de izquierda evitan usar conceptos más precisos que son mucho más útiles para identificar las configuraciones contemporáneas del poder, como imperialismo en lugar de globalización; Estado imperial en lugar de corporaciones desestatizadas; ascendencia del poder financiero en lugar de la "revolución de la información"; explotación intensiva/extensiva en lugar de flexibilidad laboral; reversión económica en lugar de reforma económica; reconcentración y monopolización de la riqueza en lugar de ajuste estructural. El tema de la mímica intelectual, en la que un lenguaje y conceptos amorfos y decepcionantes son adoptados por los intelectuales de izquierda contemporáneos, en lugar de un lenguaje más preciso y vigoroso nos lleva a una pregunta: ¿por qué la izquierda cae víctima, o mejor aún, sigue los pasos de la burguesía al trabajar para la construcción del paradigma de la "globalización"?
El gran problema
El hecho de que los intelectuales de izquierda muevan el rabo a la burguesía en cuestiones del paradigma de la "globalización" es parte de un problema mayor, fuertemente anclado en la subordinación a la cultura burguesa; es decir, en el hecho de mirar hacia la cultura dominante como fuente de veracidad, objetividad, prestigio y reconocimiento.
La subordinación de los intelectuales de izquierda a la cultura burguesa coexiste con el desarrollo de una crítica parcial a las instituciones y cultura de los burgueses Los intelectuales de izquierda que trabajan con el concepto del paradigma burgués de la globalización están en búsqueda de respetabilidad y reconocimiento que no podrían obtener si trabajaran con el concepto del paradigma imperialista.
La búsqueda de los intelectuales de izquierda por el prestigio, el reconocimiento, las afiliaciones institucionales y la certificación de la burguesía, implica aceptar, de facto, los valores que se asocian con este grupo. Esta aceptación de valores y prácticas juega un papel importante en la perpetuación de la hegemonía burguesa, a pesar de la retórica de protesta y contra hegemonía de los intelectuales. El hecho es que estudiantes, trabajadores y en general las clases populares que siguen lo que los intelectuales de izquierda dicen y hacen, y la identificación institucional y simbólica de los reconocimientos que persiguen en sus carreras y su vida diaria, habla elocuentemente de qué es lo que realmente valoran.
Un aspecto importante dentro del avance y reconocimiento de la carrera, así como en el aseguramiento de una posición en una institución burguesa prestigiosa, tiene que ver con jugar las reglas del juego en el trabajo intelectual. Siguiendo las reglas de este juego, la izquierda intelectual legitima el llamado burgués a la legitimación y refuerza su posición hegemónica
Legitimando la hegemonía burguesa
Una de las principales reglas seguidas por los intelectuales de izquierda es citar fuentes burguesas, incluso cuando hay fuentes de izquierda que pueden dar una perspectiva crítica. El pseudo argumento que muchos intelectuales de izquierda enarbolan es que, al citar fuentes burguesas sobre fuentes de izquierda, serán más convincentes con el "público en general" o el mundo académico. Los intelectuales de izquierda logran varias cosas procediendo de este modo. En primer lugar, refuerzan la autoridad de los autores burgueses, poniéndolos como una fuente de verdad objetiva. Segundo, refuerzan y perpetúan la invisibilidad de los investigadores de izquierda y de su trabajo, pues no logran reconocer su contribución. Tercera, adquieren respetabilidad y aceptabilidad, al compartir con sus colegas burgueses una literatura común y un entendimiento común de "lo que es importante haber leído". Cuarto, el citar críticas de notorios procapitalistas contra el capitalismo les permite rediseñar su imagen y les da una futura plataforma para denunciar a la izquierda.
La respuesta de los intelectuales de izquierda al libro de George Soros es un ejemplo perfecto. Soros tiene una bien ganada reputación como un especulador que ha ganado millones de pesos mediante el pillaje de economías y la ruina de países enteros antes, durante y después de la publicación de su libro. Jugó, y continúa jugando, un papel de primera línea en el sabotaje de instituciones culturales y en la cooptación de intelectuales, particularmente en países ex comunistas que han implantado el libre mercado y han quedado devastados por ello. A pesar de estos antecedentes, los intelectuales de izquierda se encontraron citando sus críticas a las actividades especulativas y a los excesos capitalistas, como si él fuera una autoridad especial sobre los estragos del capitalismo. En su desesperada búsqueda de reivindicación, los intelectuales de izquierda citaron a Soros para apoyar sus críticas al neoliberalismo, obviando el hecho de que incluso mientras el libro salía a las librerías, Soros hacía millones mutilando las economías asiáticas. El aislamiento de los movimientos de masas de los intelectuales de izquierda, y su postración frente al poder burgués es lo que los lleva a buscar personalidades de derecha para justificar sus argumentos frente a audiencias burguesas.
La relación de los intelectuales de izquierda con el Banco Mundial es otro ejemplo que ilustra esta búsqueda de respetabilidad. El Banco Mundial publica anualmente un apéndice estadístico que incluye datos sobre la pobreza en el mundo. Es frecuente que los intelectuales de izquierda citen estos datos para defender sus argumentos, sin examinar críticamente cómo se mide la pobreza y en que forma es subestimada. Los intelectuales de izquierda consideran al Banco Mundial una autoridad intachable en el tema de pobreza, precisamente porque es una institución con credenciales derechistas y neoliberales. El hecho es que los datos del Banco Mundial no son confiables y sus formas de medición de pobreza son totalmente inadecuadas. Su "límite de pobreza" es un dólar al día, lo cual no permite vivir en ningún país del mundo. Si los investigadores de izquierda hicieran un índice adecuado, doblarían o triplicarían el número de pobres en el mundo. Sin embargo, al citar al Banco Mundial, los intelectuales de izquierda apelan a sus colegas "conservadores", demostrando que comparten las mismas fuentes. Al citar la autoridad del Banco Mundial, refuerzan su imagen como una "fuente confiable de información". Las medidas del Banco Mundial en el Tercer Mundo llegan al absurdo de que los porcentajes de población viviendo en la pobreza en el sudeste de Asia están casi al mismo nivel que en los Estados Unidos y Canadá. En lugar de reconocer que la ideología neoliberal del Banco Mundial moldea los indicadores y medidores de pobreza, los muy listos intelectuales de izquierda piensan que pueden separar uno de otro y salvarse a sí mismos de la ardua tarea de construir sus propios medidores de pobreza y de hacer su propio trabajo de campo, o peor aún, de citar los datos y estadísticas que otros investigadores y militantes de izquierda han recopilado.
La Comisión Económica para América Latina (ECLA, por sus siglas en inglés*) es otra fuente de datos y punto de referencia para los intelectuales de izquierda. Una vez más, presentan a la ECLA como una fuente intachable, sin ningún tinte izquierdoso, -como si ser de izquierda fuera algo que contamina la información. Por ejemplo, los intelectuales de izquierda usan frecuentemente los datos de ECLA sobre privatización de empresas públicas (que es de hecho una parte clave de la agenda política de ECLA). Pero una mirada cuidadosa a los documentos de la ECLA revela que rara vez discuten la corrupción y las concertaciones que siempre existen dentro de las privatizaciones. ECLA siempre describe las transacciones como un proceso puramente económico, y asegura que no se involucra en los aspectos políticos no cómo los políticos organizan las privatizaciones, ni mucho menos en las consecuencias negativas que puedan tener en el corto o largo plazo. En términos generales, la ECLA dice que las transacciones de Estado deben ser transparentes, pero no enfrenta el hecho de que las privatizaciones no lo son. La pregunta es ¿porqué la ECLA continúa promoviendo recetas de privatización, cuando saben de primera mano que el proceso es corrupto y que involucra la renuncia a de recursos necesarios a precios irrisorios? Conociendo la desviación de la ECLA, ¿porqué los intelectuales de izquierda siguen citándola cuando prominentes escritores y periodistas de izquierda han publicado discusiones más completas y críticas? Al darle juego a Soros, al Banco Mundial y a ECLA, usando su información, validando sus fuentes y tomando prestado su lenguaje, los intelectuales de izquierda prolongan la hegemonía burguesa.
Personalidades burguesas prominentes
En su constante búsqueda de respetabilidad, los intelectuales de izquierda no sólo miran hacia las instituciones burguesas para repetir sus argumentos, sino que también buscan personalidades burguesas prominentes, con nombre y prestigio dentro de los círculos burgueses, para promover causas populares. Frecuentemente, al organizar un evento público, los intelectuales de izquierda ignorarán a los escritores más consecuentes, los activistas o líderes de izquierda, para favorecer a algún "progresista" actor, abogado, juez o escritor, que no tiene práctica o lucha en su expediente, pero que ofrece algunas obviedades que no educan a nadie y no resuenan entre la gente de acción.
Al promover a individuos con "status de celebridad" en los medios como una forma de atraer publicidad y público curioso, los intelectuales de izquierda sacrifican el contenido de sus reuniones. El costo político puede ser significativo: las reuniones políticas se convierten en un espectáculo, un entretenimiento que no más bien despolitiza en lugar de educar a la gente en la causa social y sus consecuencias. Más aún, los intelectuales de izquierda frecuentemente tienen que ser quienes terminan dando explicaciones sobre los "lapsus" de los burgueses prestigiosos -celebridades que frecuentemente confunden la violencia popular por la defensa de la tierra y forma de vida con la violencia predadora de los poderes imperiales.
"Por supuesto", dirán apologéticamente los intelectuales de izquierda, "él o ella no es uno de los nuestros, pero vean cuánta gente vino, miren cuantos centímetros nos dieron en la prensa burguesa, cuántos segundos en la televisión". En nombre de la "mayor unidad", la izquierda crea una plataforma para discursos de celebridades burguesas que frecuentemente deriva de críticas del sistema a la de una política, de una política a otra, y de otra a la crítica de una personalidad equis, ofuscando el sentido de la reunión. Aún peor, las celebridades burguesas presumidas como progresistas por intelectuales de izquierda en un evento público, pueden al día siguiente celebrar con altos dignatarios de un régimen regresivo... lo que desacredita a la izquierda y siembra confusión entre la gente sobre la naturaleza de las políticas de izquierda y cuáles son sus líderes y voceros.
Debido a que los intelectuales de izquierda están obsesionados con la aprobación de los medios y la respetabilidad burguesa, prefieren buscar a burgueses notables que tengan un oído sensible aunque esto sirva a sus intereses, en lugar de construir el apoyo mediante organizaciones enraizadas.
La búsqueda de símbolos de prestigio burgués
Los intelectuales de izquierda mueren por el reconocimiento de sus colegas burgueses y despreciarán la acción pública, denunciarán a colegas y adoptarán posturas serviles para complacer a sus jueces superiores y conservadores, en la esperanza de asegurar un símbolo de prestigio burgués. Estos símbolos son un boleto hacia la promoción y la legitimación a los ojos de los intelectuales de izquierda con movilidad ascendente. Los intelectuales consecuentes con compromisos hacia luchas populares no reciben ningún reconocimiento de prestigio. Para los intelectuales de izquierda, ganar un Premio Nobel, una beca Guggenheim o de la Fundación Ford es visto como la culminación de una carrera exitosa. Certifica ante el poder académico de elite, que el intelectual de izquierda puede ser honrado por abstenerse de cualquier lucha antiimperalista o anticapitalista. Es comprensible que Jean Paul Sartre rechazara el Premio Nobel. El empeño por conseguir premios y reconocimientos burgueses presupone ciertos compromisos, y eso está sobreentendido tanto por las fundaciones euroamericanas que los dan, como por los intelectuales que se los piden.
Pero los intelectuales de izquierda, cuando acuden a actos políticos, citan estos mismos títulos y premios al presentar al "prestigioso" orador. La izquierda hace reverencias ante los premios burgueses como evidencia de su propia integridad y conocimiento. Al dar un lugar prominente a estos títulos, convencen a la audiencia de que efectivamente la izquierda ha llegado a tener un cierto nivel intelectual. De hecho, lo que la izquierda hace es legitimar los estándares y procesos de selección burgueses que determinan el acceso a las recompensas. En pocas palabras, al cortejar los premios burgueses , la izquierda refuerza la hegemonía burguesa
El anhelo de respetabilidad burguesa también se encuentra en el lugar que se le da a las identidades institucionales: los intelectuales de izquierda presumen de ser graduados de Harvard, Yale, Princeton, Oxford, Cambridge, la Sorbona, como si estos no fueran centros en donde se adoctrina a los estudiantes con doctrinas neoliberales y proimperalistas, donde uno aprende a decir algo significativamente crítico sobre el Imperio a pesar de los profesores y los seminarios. Y aún así, la identidad institucional es subrayada por los intelectuales de izquierda al presentar a un orador o un escritor.
Esto es verdad también cuando se habla de funcionarios gubernamentales retirados a quienes los intelectuales de izquierda les dan importancia. Uno no puede objetar que los antiguos funcionarios de un gobierno pueden cambiar su forma de pensar y convertirse en críticos del estado, pero el punto de convergencia con la izquierda debería ser el hecho de que son ex funcionarios y no los dueños de antiguas posiciones de "prestigio" en un régimen burgués.
Como hace mucho tiempo señaló Karl Marx, la hegemonía burguesa se renueva constantemente, mediante el reclutamiento de individuos talentosos que provienen de clases populares. Esto se hace frecuentemente dando becas a estudiantes pobres pero brillantes, que van a universidades "de prestigio" donde son "reeducados" y entrenados para servir a las clases dominantes. La izquierda debe leer y escuchar lo que dicen los intelectuales a pesar de sus prestigiosas credenciales institucionales, no debido a ellas.
Adicionalmente a los premios y las identidades institucionales, los intelectuales de izquierda están en búsqueda perpetua de patrocinadores burgueses para sus eventos: personalidades, instituciones, funcionarios. La idea es que entre más burgués es un patrocinador, mayor serán la respetabilidad, legitimidad y audiencia. De hecho, esto lleva a una mayor visibilidad y legitimidad de las instituciones burguesas del poder, mientras que las instituciones más marginales o radicalizadas se hacen invisibles.
Como aseguran su carrera los intelectuales de izquierda
Ser una persona de izquierda activa y crítica tiene un costo político que no es menor cuando se persigue una carrera académica. Aún así, muchos intelectuales han seguido senderos que los han llevado a una carrera exitosa dentro de instituciones burguesas, y han logrado retener una pequeña parcela de credenciales de izquierda.
Podemos identificar al menos cuatro estrategias de carrera para los respetables y móviles intelectuales de izquierda.
La primera estrategia puede describirse como el enfoque de "congelamiento", en donde los intelectuales de izquierda mantienen un perfil bajo durante años, haciendo investigación más o menos convencional, mientras aseguran una posición dentro de la institución y consolidan su carrera, mientras esperan el día de "volverse" radicales. El problema es, por supuesto, que la mayoría de los "criptoizquierdistas" es que en el tiempo de adaptación a las exigencias de sus carreras exitosas, eventualmente terminan creyendo lo que están haciendo y nunca se "vuelven": se convierten en lo que hacen. Para la minoría que se "convierte" el pastel queda entero: tienen una identidad prestigiosa en el mundo burgués y el aplauso de la izquierda, particularmente porque le añaden a su retórica radical el mérito, según la izquierda, de un título prestigioso.
La segunda estrategia para asegurar una carrera dentro de una universidad de prestigio es combinar la investigación convencional y pregonar, entre los tiempos de trabajo y las pláticas de pasillo, charla radical. Ser de izquierda como si fuera un "apostolado" es particularmente atractivo para los guardianes burgueses de la academia, porque esto no afecta la investigación científica y no cuestiona el rol del sistema educativo para reproducir líderes de elite o entrenar trabajadores conformistas. Esta izquierda puede describirse como la "izquierda de coctel" -que en escenarios privados puede ventilar sus inconsecuentes puntos de visa mientras trabaja para escalar la escalera académica.
La tercera estrategia para el éxito de la izquierda dentro de la academia yace en el tiempo y esfuerzo desproporcionados que se dedica al trabajo académico convencional, en comparación con los escasos esfuerzos que se dedican a movimientos populares. En esta estrategia, el intelectual de izquierda dedica meses y años para preparar documentos y publicaciones para consumo académico, mientras que improvisa conferencias con material anecdótico para sus audiencias radicales/populares, reciclándose frecuentemente o repitiendo la misma plática del año anterior. En algunos casos, los intelectuales de izquierda, a pesar de contar con fondos sustanciosos para su trabajo, simplemente dan reminiscencias de un pasado radical; la nostalgia se convierte en el substituto de un análisis serio. Estas reminiscencias no requieren ningún análisis que pueda llevar a compararlas con luchas actuales, son pura improvisación y anécdotas de la clase más superficial e impresionista.
Finalmente, están los académicos de izquierda que investigan y dirigen becas como académicos "desinteresados", lejos de las luchas, movimientos y compromisos políticos. Escriben sobre la clase trabajadora sin ninguna perspectiva política. Es probable que den información útil si alguien más puede elaborar un cuadro político e intelectual que sirva para unir esa información a eventos políticos contemporáneos. Esta estrategia de éxito académico tiene algo de mérito y utilidad si es que hay otros intelectuales o activistas que han realizado el riesgoso trabajo político de construir un movimiento; de otra forma, sólo sirve para extender el currículum vitae. Este tipo específico de académico de izquierda es particularmente abundante en Estados Unidos, donde hay conferencias anuales que imitan las reuniones profesionales, en las que los académicos hablan sólo entre ellos o, en otras palabras, se divorcian de los movimientos populares. Este divorcio ha garantizado que muchos izquierdistas aseguren sillas altas y bien remuneradas en universidades de prestigio.
Las consecuencias de estas prácticas de los intelectuales de izquierda han sido, primero, el reforzamiento del prestigio y la legitimidad de las instituciones, ideas y personalidades burguesas, mientras que los análisis y las posiciones de activistas de izquierda se hacen invisibles, perpetuando una especie de complejo de inferioridad y marginalidad de la izquierda.
Segundo, debido a que los académicos de izquierda sirven como modelos para la generación de futuros académicos, su comportamiento propicia el arribismo. La práctica de este arribismo perpetua el mito, sobre todo en el Tercer Mundo, de que el "verdadero conocimiento" está en el extranjero, en las escuelas con prestigio de marca y que los intelectuales locales nacionales son de calidad inferior y, ciertamente, no son modelos a seguir.
Tercero, por razones de su propia agenda y condición, los intelectuales de izquierda de instituciones de prestigio, ignoran y reafirman las distorsiones ideológicas, las mistificaciones y los marcos teóricos y conceptuales erróneos que se enseñan en los centros prestigiosos de educación superior. La desviación ideológica que es empacada en estas instituciones es obviada por intelectuales de izquierda que rara vez cambian el trabajo de sus colegas, mucho menos el curriculum, pues saben que serían castigados. En todo caso, si alguna vez verbalizan algún tipo de inconformidad, es su presencia en las instituciones y su proceso de acceso lo que alimenta las ambiciones de nuevas generaciones.
Lo más asombroso sobre los intelectuales de izquierda en universidades de prestigio y los que buscan entrar a ellas, es cómo suspenden sus críticas a los patrocinadores, fundaciones y personalidades burguesas que financian las grandes agendas de investigación para perpetuar y extender el poder imperial. Al suspender sus críticas, los intelectuales de izquierda aumentan sus posibilidades de aparecer en diarios de prestigio, conferencias internacionales y posiciones lucrativas dentro de la academia. Aseguran reconocimiento académico y su promoción a puestos honorarios que requieren hacer buenas relaciones con los guardianes de la academia burguesa. Los intelectuales de izquierda tienden a ser muy colegiados, incluso con sus colegas que apoyan las guerras imperialistas y diseñan programas neoliberales que están devastando el Tercer Mundo.
Intelectuales contemporáneos
Hay una gran variedad de "estilos de vida" para ser un intelectual de izquierda hoy en día, frente al poder y la riqueza del Imperio Euroamericano.
-Intelectuales en alquiler
Este es el tipo de intelectual que hoy vaga por el espectro político ofreciendo sus servicios a una variedad de patrones. Un reconocido intelectual francés denunció las huelgas de empleados en 1995, fue al encuentro internacional zapatista en el verano de 1996 y después voló para encontrarse y halagar al presidente derechista de Uruguay. Estos intelectuales son para todos lugares y precios. Su postura pública tiene sus motivaciones con la necesidad de reconocimiento y publicidad de cualquier bando, pero también con firmes principios intelectuales: no están "vendidos" a la derecha, están rentados e incluso están disponibles para la izquierda en ciertas ocasiones.
-Intelectuales de casa
Son aquellos cuyo universo son otros intelectuales o incluso su "reflexión interna". Estos intercambios incestuosos son particularmente abundantes entre los posmodernistas que discuten cuántas identidades podrán soportar. Tienen su propio lenguaje exótico, que solo comprenden los iniciados, y su trabajo se concentra en gran parte en descifrar textos y lenguaje divorciados del mundo objetivo.
-Intelectuales en angustia perpetua
Ha e intelectuales que están en angustia perpetua, que planean sobre los problemas socioeconómicos ("neoliberalismo" y "globalización") y nunca pasan del lugar común "debemos encontrar una alternativa". Ignoran las luchas diarias que buscan crear alternativas; le temen al problema (imperialismo) y le temen a la solución (transformación).
-Los pesimistas
Otra pose intelectual común es la del izquierdista que se baña en derrotas históricas y encuentra en ellas un pretexto en la medida en que hacen incierto un nuevo y pragmático acomodo con el status quo. Al dramatizar las pérdidas políticas, como batallas profundas e irreversibles, evitan reconocer las nuevas luchas revolucionarias que emergen en el Tercer Mundo, los movimientos sociales que se oponen a la OMC en el Este, a los movimientos de granjeros militantes y trabajadores del transporte, el rechazo masivo de consumidores y productores hacia los patrocinadores corporativos de las comidas y semillas genéticamente alteradas, etcétera. El pathos pesimista se convierte ya sea en una coartada para la inacción y el desentendimiento , o en un billete de ida hacia las políticas liberales, que son percibidas como lo único que hay disponible.
-Intelectuales irreverentes
En agudo contraste con las posturas antes mencionadas, existe el intelectual irreverente hacia los protocolos académicos, que no se impresiona con los títulos y premios, y que incluso, son respetuosos ante los militantes que están en las líneas de combate anticapitalistas o antiimperialista. Son constantes y productivos en su trabajo intelectual, que está motivado en gran medida por las grandes cuestiones que enfrentan las luchas sociales. Son irónicos y antihéroes, cuyo trabajo es respetado por la gente que trabaja para la transformación social básica. Son objetivamente partidarios y partidariamente objetivos. Los intelectuales irreverentes escuchan y discuten con los pesimistas y otros intelectuales, a pesar de sus títulos y pretensiones, para ver si dicen algo que valga la pena.
Para el intelectual irreverente y comprometido, el prestigio y el reconocimiento derivan de los activistas y los movimientos intelectuales que están involucrados con luchas populares. Trabajan con estos intelectuales y activistas. Conducen investigación que busca fuentes originales de información; crean sus propios indicadores y conceptos, por ejemplo, para identificar la verdadera profundidad de la pobreza, la explotación y la exclusión.
Reconocen que los premios y condecoraciones son parte de un sistema que sostiene la hegemonía burguesa y que hay unos cuantos intelectuales en universidades de prestigio que están claramente comprometidos con luchas populares. Estas excepciones, dicen, deben ser notadas, aunque reconociendo que muchos sucumben al espejismo de la certificación burguesa durante el ascenso por la escalera. Los intelectuales irreverentes admiran a Jean Paul Sartre, quien rechazó un Premio Nobel en medio de la Guerra de Vietnam. Y sobre todo, los intelectuales irreverentes luchan contra la hegemonía burguesa junto con la izquierda, integrando su pensamiento y enseñanza, evitando dividir lealtades. En pocas palabras, los intelectuales irreverentes trabajan en la formación de una cultura contra hegemónica.
Conclusión
Mientras que buena parte de la investigación alrededor del tema de la hegemonía burguesa se ha realizado mediante el examen de instituciones, los medios, centros educativos y propaganda de Estado, se ha puesto poca atención a cómo, dentro de la izquierda, los signos y símbolos de esta hegemonía son transmitidos, en forma putativa, por los intelectuales de izquierda. Los intelectuales son un grupo importante, particularmente para dar forma a la subjetividad de los estudiantes y, en ciertos contextos, de las clases populares. En la medida en que son visibles y tienen acceso a los medios, representan otro canal a través del cual se forma la subjetividad o conciencia política. Sus valores, carrera, opciones educativas y sus ambiciones juegan un rol al momento de dar forma a "modelos de comportamiento" y de transmitir mensajes que tienen un impacto en grupos estratégicos que se convertirán en líderes de opinión. El grado en que los intelectuales han absorbido metas burguesas e interiorizado el sistema burgués de prestigio, se convierten a su vez en un mecanismo que prolonga y profundiza la hegemonía burguesa, especialmente dentro de la izquierda.
El problema de la subjetividad es clave hoy en día. Hay cada vez más desinterés popular a lo largo del Tercer Mundo e incluso en países imperialistas. La clave del cambio está en ligar estos descontentos con movimientos de transformación social. Esto requiere teorías revolucionarias, conceptos críticos e intelectuales comprometidos que den una doble lucha, una contra los poderes burgueses y la segunda contra el doble discurso de los intelectuales de izquierda.
.Para ver este documento en original se puede ir al sitio de http://alainet.org/index.phtml.en (James Petras ALAINET.ORG)

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